El Koboloi

Una canción griega que se compuso entre 1932-1933, la época del “rebetico” y se hizo muy famoso con la voz de Grigoris Bizicotsis, cuenta:
“Un reloj me regalaste
que lo miraba cuando llegabas tarde
y lo preguntaba si me querías.
Voy a vender ese reloj
Y comprar un koboloi
Para contar los anhelos y los suspiros”
En que sirve un koboloi? El siguiente texto de Adriana Diaz nos lo explica:

http://sobregrecia.com/2009/04/19/el-koboloi- una-tradicion- griega/

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Como es normal cuando se realiza un viaje, muchos son los que al regresar de Grecia traen a sus familiares y amigos recuerdos del país. Entre los más populares, pues de hecho es una de las cosas que más se venden en cualquier lugar del territorio griego, es una especie de rosario pequeño que anida en las manos de casi todos los griegos varones.

Se podría suponer que en verdad es un rosario, lo que hablaría entonces de la intensa devoción de los griegos por el rezo y todo lo concerniente a temas religiosos. Pero no, nada tiene que ver con esto. Entonces, ¿qué es y para qué sirve esa seguidilla de bolitas de distintos colores y texturas unidas por un hilo como si fuese un collar y que constantemente llevan en sus manos, moviéndolo de aquí para allá y haciéndolo sonar?

Descubrirás en tus viajes a Grecia que tanto en Atenas, como en las islas griegas, como en Kalambaka, como cuando navegan en ferry, como cuando van en un transporte público, todos los varones van con su Koboloi  entre sus manos. El origen de este accesorio lo encontramos casi siempre ligado al nacimiento de las religiones, en India y la China hace casi 4000 años con el nombre de «Tsepián», para los budistas se denomina «Mala», y así en todos los casos.

Los árabes lo crearon allá por el año 700, pues en sus rezos debían dedicarle 99 oraciones a su Dios «Alah», y necesitaban algo para no perder la cuenta. Así nació el Koboloi, sin ningún sentido místico, sino simplemente para no perderse y tener que empezar a rezar de nuevo.

Actualmente también han dejado de tener la utilidad original, pues no es fácil encontrar hoy en día quien rece 99 oraciones diarias a su Dios, pero se siguen fabricando, con los materiales más diversos y de todos los colores, según algunos por el solo hecho de tener algo en las manos con qué entretenerse y quizás disminuir un poco el estrés de la vida diaria.

El actual Koboloi griego es más pequeño que los antiguos, normalmente de unos 25 cm. de largo y de 18 ó 33 cuentas. Por tradición, el Koboloi se hereda de padres a hijos pero sólo entre los varones de la familia. Si uno pasea por Atenas, o cualquier lugar de Grecia, va a encontrarse a cada paso con jóvenes y hombres mayores realizando cualquier tarea y simplemente jugando con un Koboloi entre los dedos de sus manos.

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